Dick Lewontin (1929-2021) fue uno de los más importantes biólogos evolutivos del siglo XX así como de inicios del siglo XXI. No sólo se dedicó al trabajo intelectual, sino también al análisis de la política científica, contribuyendo en proyectos desde la genética de la mosca de la fruta hasta la relación entre la biología y la sociedad.
Una simple búsqueda de sus trabajos científicos y académicos muestra cerca de 600 resultados, los cuales, siguiendo los criterios estándar, deben haber hecho una diferencia (pues en conjunto suman más de 47000 referencias). Sin embargo, esa cantidad de citas no da cuenta del impacto real que tuvieron el trabajo y la voluntad de Lewontin. Para medirlo, si es que esto es posible (y conveniente), hace falta mirar los testimonios de quienes colaboraron con él, quienes fueron sus estudiantes, o simplemente de quienes fueron influidos por sus escritos.
Un duro crítico, un escritor expresivo y sobre todo un científico riguroso. Los lectores de Lewontin no pueden permanecer impasivos cuando terminan de leer una de sus numerosas obras, ya sea porque están convencidos para actuar o porque están conmocionados por un ataque a algunas creencias largamente sostenidas. Al adoptar sus posturas, Lewontin permaneció cercano a una actitud científica compartida según la cual el objetivo de la ciencia no es ofrecer consuelo al ser humano (frente a otras prácticas culturales), pero fue también muy crítico de quienes disfrazaban la ideología de ciencia.
Esto se nota incluso en sus escritos teóricos tempranos, donde se ocupa de la naturaleza de las explicaciones evolutivas, del papel de las metáforas en la ciencia y de la relación entre biología y sociedad. Tales temas lo acompañarían a través de su carrera y su visión de cada uno de ellos ha influido a más de una persona. En conclusión, esperemos que haya más científicos como él.
